jueves, 26 de febrero de 2009

Técnicas de Mcdonalds en el consumo


El estilo de publicidad que emplea tiene la marca agresiva del más salvaje capitalismo americano. Como ya se sabe, en dichos establecimientos la comida servida es cuidadosamente embalada y empaquetada con objeto de conectar con la curiosidad y fantasía innata de los niños/as. Incluso la arquitectura del local, así como su ordenación y estética, se halla en función de atraer al/la infante. Los globitos McDonalds, las tarjetas de cumpleaños intransferibles o los sorteos periódicos de juguetes, responden al objeto de atraer al niño y familiarizarle con el establecimiento.

Podemos recordar la filosofía del fundador de McDonalds, quien afirmaba que la empresa de consumo que atrae a los niños es la única que incrementará con seguridad sus ventas a largo plazo; por un lado porque, en la época de estrés y problemática en la familia, pocos padres tienen el coraje para oponerse a los deseos de sus hijos en cuanto a lo que comida se refiere. "Además, un niño cliente de McDonalds significa a largo plazo un adulto que, una vez padre, traerá sus hijos a la hamburguesería para revivir sus recuerdos infantiles ."
La contrapartida a todo este fetichismo es que el embalaje y las chucherías producen una cantidad fabulosa de basura, muy superior a la producida por un restaurante convencional de la misma capacidad.

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